Sobre el nuevo documento han surgido una serie de conjeturas, que van desde aquellas que apoyan íntegramente la implementación del mismo, obviando totalmente otros aspectos sobre su implementación, como son equipamiento, entrenamiento de personal calificado para la obtención y manipulación de los datos, mantenimiento de plataformas y bases de datos, tecnificación de los centros de acopio, etc., hasta aquellos que, radicalmente se "oponen" al "despilfarro" económico empleado en la imponente carrera hacia la tecnificación de nuestro documento.
Ahora bien, en sentido general, nuestro país, tomando como marco de referencia a América Latina, está a la vanguardia, en cuanto a la tecnología se refiere (muy contrario a lo que la mayoría piensa), sólo que, no hemos sabido aprovechar y utilizar adecuadamente dicho avance.
En el caso específico que nos atañe por el momento, en cuanto a nuestro documento de identidad, vemos como damos un "paso de gigante", un salto, de una "colección de datos" que era manejada de manera "manual" hacia una "BASE DE DATOS" completamente digital. Pero, ante tanta imponencia tecnológica surgen las interrogantes. ¿Cuál es la verdadera intención? ¿Quién o quienes tendrán acceso a dicha información? ¿Quién regulará el uso de esa información? ¿Qué tecnología se necesita para acceder a dicha información? ¿Cuánto tiempo se almacenarán esos datos? ¿Quién, como y con qué frecuencia se actualizarán esos datos?
En todos los países se tiene alguna forma de identificar a sus ciudadanos, y vemos por ejemplo que en los Estados Unidos, que es uno de los países tomados como referencia en la carrera tecnológica, se tiene una "tarjeta de residencia" o una "tarjeta de ciudadanía" según el caso, pero, aunque exista ésta tarjeta como documento de identidad, la garantía de salvaguardar los datos de cada persona recae en un simple documento, que ni siquiera es de plástico, sin foto ni códigos, con simplemente nueve dígitos, llamado "Social Security" mediante los cuales, los organismos del estado y otras instituciones públicas y privadas acceden, consultan y actualizan la información de cada uno de sus habitantes, todo ello gracias a un complejo sistema de interconexión de datos que concurren a una gran base de datos centralizada. A través de esos números, se pueden obtener tanta información como nombre, fotos, características, nacionalidad, estado civil, salud, etc., llegando incluso a saberse si esa persona ha incurrido en alguna pena, delito o infracción, debido a que cada institución que acceda a dicha base de datos actualiza la misma.
Aquí, en República Dominicana, se pretende tener una base de datos (o al menos eso es lo que se sigue al invertir en una red de datos biométricos) completamente tecnificada, adaptada a los avances de la ciencia. Pero, aún estamos a una gran distancia de poder utilizar dichos datos, o acceder a ellos mediante una gran red (intranet, internet, etc.), ya que, ni siquiera entre las empresas e instituciones del mismo sector existe interconexión, es decir, el acceso a bases de datos es sólo a nivel local, sin tener acceso a un registro general o nacional, ni mucho menos, contar con que dicha información esté actualizada.
Ahora bien, en mi opinión personal dicho documento, que para muchos es la justificación de que algún funcionario se "esté buscando unos pesitos con la comisión", es un paso sumamente importante, aunque, por lo antes expresado, creo que dicho acopio de datos por ahora quedará inútil, pues, ni siquiera la Junta Central Electoral, que es la institución que recolecta dicha información, le ha dado un correcto uso a la tecnología, toda vez que, hace ya cerca de 12 años que cambiamos la cédula de "librito" por otra más tecnificada (el proceso de obtención de datos biométricos no es de ahora), más sin embargo, en cada uno de nuestros procesos eleccionarios sigue prevaleciendo la "búsqueda manual" de los inscritos, pudiéndose agilizar el mismo si hubiese un lector magnético que, al pasar dicho documento se acceda inmediatamente a los datos del usuario, e inmediatamente, a un solo clic o pulsación de una tecla, se registre que dicho usuario votó, o en su defecto, que al tecnificar dicho documento, las elecciones se hagan de manera electrónica, sin tumultos ni posibilidad de fraude, amén de todos los demás beneficios que acarrea el romper las barreras tecnológicas, sin perjuicio de los aspectos negativos que también hay que enfrentar, como la posibilidad de que un "hacker" obtenga tus datos biométricos y "clone" tus documentos iniciando así el tan temido "ROBO DE IDENTIDAD".
¡Que viva la tecnología! Y que DIOS nos proteja. |