Misalcedo.com._ Las celebraciones foráneas que se están metiendo en nuestro país, están borrando del mapa nuestras tradiciones folclóricas y culturales, una de ellas es el día de San Andrés una fiesta que ha desaparecido casi por completo.
Nos llama mucho la atención la celebración en nuestro país de Halloween que cada vez se pone más de moda, el día de acción de gracia o Thanksgiving, una celebración muy de Estados unidos que se celebra el último jueves de noviembre y que ha traspasado las fronteras seguido del Black Friday como lo llaman en Estados Unidos a ese viernes negro después de Thanksgiving donde el comercio hace grandes especiales para engordar sus arcas a costilla de una masa de borregos que se dan al consumo desmedido detrás de ofertas que aunque son atractivas hacen que los compradores adquieran cosas que en realidad no necesitan.
Hago referencia a estos elementos porque dentro de nuestra cultura hay celebraciones importantes que se están perdiendo y parece como si a nadie le importara, desde nuestras palabras hasta nuestra ortografía pero de eso hablaremos más adelante, porque ahora de lo que quiero hablarles es de la casi desaparecida celebración del día de San Andrés.
El día de San Andrés era celebrado en la república Dominicana con mucho ahínco cada 30 de noviembre, hoy esta celebración pasa por desapercibida entre nuestros jóvenes dejando solo los recuerdos a quienes la vivimos cada año, y este olvido se da por la dejadez de quienes deberían de velar por mantener estas tradiciones y que se han olvidado dándole poca importancia.
Los medios de comunicación y los centros comerciales prefieren hacer grandes inversiones de publicidad para anunciar eventos y fiestas de otros países ya que el consumismo y la transculturación les da más beneficios, por eso resulta tan difícil ver algún programa de TV o de radio mencionar esta celebración para que los niños se interesen en saber, más sin embargo nos bombardean con vallas y spot publicitarios anunciando la llegada y la celebración de tradiciones foráneas.
Muchos de nosotros llegábamos a la casa después de la salida de la escuela con la cara blanca de la harina, polvo o almidón, muchas veces no salíamos para evitar que nos lanzaran huevos o nos bañaran de agua y en muchos casos los padres no nos dejaban salir para evitar desgracias, recuerdo esos días como días maravillosos de una infancia de otro tiempo, donde el amigo era amigo y las carencias nos hacían vivir una vida más simple pero mucho más feliz.
Cómo celebramos a San Andrés
En nuestro país celebran San Andrés no solo con puñados de almidón. A veces se usaron recipientes llenos de agua para empapar al sorprendido, entre la aristocracia solía jugarse con cascarones de huevo de gallina llenos de perfume -agua de colonia- polvos faciales y talcos perfumados, una vez se puso de moda el colodión, líquido rojizo que manchaba la ropa de ese color pero que al cabo de un rato la mancha desaparecía.
A niveles más humildes los cascarones de huevo de gallina eran llenados con el líquido rojizo que se obtiene de la tuna (cactus). Y también durante la noche, mediante una jeringa de bambú (Sorbete) lanzaban chisguetes de agua contra los tubos las lámparas de gas (kerosene) haciéndolas estallar. Por más que la gente cerraba puertas ventanas se las ingeniaban para hacer blanco a través de los agujeros de la cerradura o rendijas de las casas.
A veces, acabadas las raciones de almidón la gente acudía a puñados de cal, "calsomino", harina, y hasta puñados de cemento. Este procedimiento más el de los cubetazos de agua dieron origen a numerosos lances personales que muy a menudo dejaban saldos fatales de armas blancas.
Hay una anécdota que se ha vuelto tradición al rodar por el plano inclinado del tiempo que narra cómo un día de San Andrés el Presidente Ulises Heureaux iba por una de las calles de la Ciudad Capital dominicana. De repente, al pasar por un grupo que jugaba San Andrés, fue salpicado por gotas de aguas no tan puras.
La anécdota envuelta en la leyenda, cuenta como el Presidente Lilís mandó comprar todos los perfumes y polvos perfumados en existencia en aquella urbe y la dio al pueblo que jugara con tales artículos en vez de lo tradicional.
Hoy la manera tradicional de jugar a San Andrés viene rápidamente desvaneciéndose y es que además de las transculturaciones, ya nuestro país no produce almidón como antes, ya el almidón no tiene demanda como para "almidonar" ropa o para- hacer engrudos caseros etc., además de que ya no hay producción almidonería en R.D
Ciertas modalidades, nuevas de jugar a San Andrés como la de lanzar cubetas de agua contra los parabrisas de automóviles, polvo talco, harina, agua y huevos son tan peligrosas que aceleran la desaparición de tan antigua, como controversial tradición que cada vez traía más incidentes, mucho de ellos fatales.
Historia de San andrés tomada en parte del archivo histórico de Santiago