Fuente prensa asociada 
misalcedo.com._ Cuatro soldados pertenecientes a una "milicia anarquista" en el estado de Georgia conspiraron presuntamente para asesinar al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, motivo por el cual mataron a un ex soldado y a su novia porque habían descubierto sus planes.

 El plan que confesaron era sembrar el caos. El grupo clandestino se hacía llamar FEAR, siglas que conforman la palabra "miedo" en inglés y que correspondían a las palabras, en español, "Siempre Duraderos Permanentemente Listos".

 Los jóvenes militares, destacados en la base Fort Stewart, de Georgia, planeaban colocar bombas en el parque Forsyth, en la localidad de Savannah. Y envenenar huertos de manzanas en el Estado de Washington. También tenían pensado hacer explotar un dique. Como corolario de su locura anarquista, habían planificado asesinar al presidente Barack Obama en Washington. 

 Los integrantes de esta milicia habían comprado ya 87.000 dólares en armas: pistolas, rifles, fusiles semiautomáticos y explosivos. Y habían llegado tan lejos como para matar a otro soldado, Michael Roark, y a su novia, Tiffany York, quienes los habían descubierto y amenazado con delatarlos. 

 Los detalles se conocieron el lunes pasado, cuando uno de los cuatro milicianos, el soldado raso Michael Burnett, delató a sus compañeros en un juzgado de Georgia, para reducir su propia pena.

 Los cuatro fueron arrestados. La fiscalía los acusa de querer "derrocar al Gobierno". El fiscal Tom Durden los ha calificado de anarquistas. El FBI ya participa ya en la investigación. 

 El soldado Burnett dijo que fue su compañero Isaac Aguigui quien comenzó a inculcarles ideas anarquistas, hablándoles de un extraño y secreto libro, titulado "El manuscrito", que hablaba de devolverle el poder a su legítimo dueño: el pueblo. Según dijo Burnett, otros uniformados y veteranos retirados también simpatizaban con esas ideas.

 "El acusado Isaac Aguigui reclutó de forma activa a nuevos miembros de Fort Stewart y se centró en soldados que estaban pasando por problemas o que se hallaban desilusionados", dijo al justificar la acusación la asistente del fiscal del distrito, Isabel Pauley.

Entre sus planes inmediatos figuraban "tomar el puesto de control de Fort Stewart, hacer estallar vehículos de grandes figuras políticas y judiciales a nivel local y estatal y a representantes federales". Roark y York, que los descubrieron, fueron ejecutados en un bosque, según la policía. 

 El año pasado, un pariente de Aguigui avisó a las autoridades que la esposa del soldado había muerto en circunstancias sospechosas. Los fiscales creen que Aguigui financió a la milicia con un seguro de vida de 500.000 dólares que había cobrado por el fallecimiento de su cónyuge. Con ese dinero, el uniformado había comprado 15 armas, mientras se hallaba de permiso.